Dos tercios de la superficie de la Tierra están cubiertos de agua y, en este medio, lo mismo que en los continentes y en una pequeña parte de la atmósfera que los cubre, hay muchas formas de vida. El origen de la vida sobre la Tierra, que depende de manera determinante del agua en estado líquido, es un tema muy debatido al que todavía no se ha encontrado una explicación definitiva.
Muchos científicos están de acuerdo en suponer que las condiciones ambientales terrestres primitivas produjeron violentas tormentas eléctricas que desencadenaron reacciones químicas entre los gases presentes en la atmósfera. Los productos resultantes de estas reacciones, entre los que había sencillas moléculas orgánicas, como los aminoácidos, punto de partida de las formas de vida primitivas, se depositaron en los océanos, donde posteriormente se produjeron otras reacciones químicas. Al final de esta fase, de más de mil millones de años de duración, empezaron a desarrollarse las células primitivas.Las células vegetales primitivas utilizaban dióxido de carbono para sintetizar las moléculas orgánicas de las que se nutrían, como lo hacen hoy las plantas. Este proceso, conocido como fotosíntesis, tuvo una importancia fundamental, porque empezó a producirse oxígeno como subproducto. En el transcurso de miles de millones de años, este oxígeno se ha ido acumulando cada vez más en la atmósfera hasta cambiar su composición. Esto permitió la evolución de formas de vida animal que necesitan oxígeno para respirar.
A continuación, en el transcurso de los millones de años sucesivos, la evolución ha conducido a la gran variedad de seres vivientes que hay actualmente en la Tierra.
La Tierra es el único planeta conocido que alberga vida, pero es muy probable que exista vida en otros planetas que orbitan alrededor de otras estrellas pertenecientes a nuestra galaxia, de los que ya se ha descubierto una gran cantidad de ellos.
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